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Agustín

 Tus arrugas tan sabias que me llevan a la niñez.

Los frascos llenos hasta arriba de inigualable buen sabor que en el fondo deja gustito a cariño.

Encontrarte en el asador siempre indica un buen plan y la panza llena.

Y cuando el frío llegaba, verte revolver una olla en la cocina solo significaba una cosa.

Tu vitalidad y los dos litros de agua por día.

Tu personalidad que habita en cada uno de nosotros.

Tu humor, que también esta en mi sangre... y tus ganas que tanto me gustaría tener.

Practicaste nuevas formas del amor y aún así llegaron al alma y tan profundo que la mia lleva tu marca...

Rebotan los recuerdos en la mente tanto como esas pelotitas de frontón que no perdías de vista. 

Mis tardes en el Boulevard, corriendo con alguna moneda tuya al kiosco de la esquina.

Mi nombre pronunciado a tu forma y el helado de limón para no convidarte.

Los tomates en el fondo del patio y la cocción perfecta de las zanahorias...


Uno mas uno fue cinco y cinco mas dos: todos nosotros... 

Formaste equipo y hoy juega fuerte


Y aunque algun dia tengamos la desdicha de ver frascos vacíos... el sabor a tu recuerdo y a zanahorias perfectamente cocidas rebotarán en la mente como pelotas de frontón.




Con Amor, Mundana

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